HACER DE LA NECESIDAD VIRTUD
Son muchos los problemas que tenemos en Castilla y León: despoblación, envejecimiento, economía debilitada, individualismo exacerbado, etc....
Sin embargo es posible salir del victimismo que no deja de llorar sobre sus problemas y encontrar la fortaleza que existe en la base misma de estos mismo problemas.
Despoblación.
En un momento en que la vivienda se ha convertido en un gravísimo problema en las grandes ciudades, aquí tenemos pequeñas ciudades y pueblos, en las que todo es asequible andando, en las que la vivienda es cara, pero muy lejos de los precios de otras, y en las que con los medios de comunicación actuales es posible dirigir un negoció, trabajar en una asesoría, o en una empresa de ingenieria o estar en contacto con cualesquiera de los colegas que trabajan en un proyecto de investigación. En dos palabras CALIDAD DE VIDA, la ausencia de grandes urbes nos permite vender una calidad de vida que con políticas adecuadas puede atraer a nuestras villa y ciudades a una élite cultural y empresarial que huya de las prisas, los atascos, la violencia, etc.. Todos queremos para nuestros hijos el mejor de los ambientes para su desarrollo. Pues juguemos esa baza en la partida que actualmente se juega la construción del nuevo modelo de convivencia en España.
Individualismo.
Es dificil encontrar por estas tierras una asociación de padres, o una cooperativa agraria o una asociación de acuariofilia o de lo que sea, que (salvo honrosas excepciones) funcione de manera eficaz. Creo, y es lamentable, que aquí no sería posible una experiencia como las cooperativas del grupo Mondragón. Es un lastre que dificulta en extremo el desarrollo económico y social de nuestra tierra. Sin embargo tiene sus aspectos positivos: aquí todo el mundo hace de su capa un sayo o lo que quiera y a nadie le incomoda. Atraer a Castilla y León a personas que son diferentes por su raza, religión o ideas políticas y sociales puede ser un revulsivo de la economía y la vida social de pueblos y ciudades. Se trata de fijar unos aspectos comunes e irrenunciables a los que todos nos hemos de adaptar por ejemplo: una niña de religión musulmana puede ir al colegio con velo, pero ha de escolarizarse obligatoriamente y con las mismas asignaturas que sus compañeros de otra religión. La leyes han de ser tolerantes pero iguales para todos. Otro ejemplo viene dado del idioma. Ahora que desde las administraciónes catalana, vasca e incluso gallega parece que existe una voluntad de exigir un uso más intensivo de su idioma local, es posible atraer a Castila y León a profesores de universidad, catedráticos, investigadores, profesionales liberales, etc que encuentren una sociedad abierta, que respeta todo tipo de opciones. Cada vez que en un lugar del mundo se crea una inquisición del tipo que sea las sociedades abiertas que existen a su alrededor se benefician de los conocimientos e iniciativas de las élites que huyen buscando aire libre.
Envejecimiento.
La población castellanoleonesa envejece mucho más deprisa que la del resto del estado español, pero esta también envejece a pasos agigantados. La estructura de nuestras ciudades y pueblos con unos servicios de calidad media, un ambiente socialmente abierto, y las prestaciones sociales adecuadas a la tercera edad puede atraer a muchos emigrantes de antaño a volver. Y junto a ellos al desarrollo de una creciente industria alrededor de los servicios a la tercera edad, el ocio y el tiempo libre.
Debilidad económica.
La economía en Castilla y León está muy lejos de ser todo lo pujante que lo es en zonas como Euskadi, Cataluña o Madrid. Pero también está lejos de la media nacional en cuanto a salarios. Eso en si mismo no es bueno, puesto que estimula la emigración, sin embargo puede ser un elemento de competitividad para las empresas radicadas aquí : suelo industrial a bajo precio, salarios inferiores a la media, trabajadores con una formación competitiva, acceso al mercado nacional e internacional con unas buenas comunicaciones en todos los sectores, y porque no, recursos como la electricidad (de la que somos exportadores) y el agua.
Posiblemente sea un optimista incurable o peor aún, un ignorante de los procesos de desarrollo de un país, pero lo que si se es que si entre todos nos compromentemos en presionar a nuestras instituciones para que funcionen y sean eficaces en la resolución de nuestros problemas, es posible encontrar en nuestros problemas la raíz de su solución.
Sin embargo es posible salir del victimismo que no deja de llorar sobre sus problemas y encontrar la fortaleza que existe en la base misma de estos mismo problemas.
Despoblación.
En un momento en que la vivienda se ha convertido en un gravísimo problema en las grandes ciudades, aquí tenemos pequeñas ciudades y pueblos, en las que todo es asequible andando, en las que la vivienda es cara, pero muy lejos de los precios de otras, y en las que con los medios de comunicación actuales es posible dirigir un negoció, trabajar en una asesoría, o en una empresa de ingenieria o estar en contacto con cualesquiera de los colegas que trabajan en un proyecto de investigación. En dos palabras CALIDAD DE VIDA, la ausencia de grandes urbes nos permite vender una calidad de vida que con políticas adecuadas puede atraer a nuestras villa y ciudades a una élite cultural y empresarial que huya de las prisas, los atascos, la violencia, etc.. Todos queremos para nuestros hijos el mejor de los ambientes para su desarrollo. Pues juguemos esa baza en la partida que actualmente se juega la construción del nuevo modelo de convivencia en España.
Individualismo.
Es dificil encontrar por estas tierras una asociación de padres, o una cooperativa agraria o una asociación de acuariofilia o de lo que sea, que (salvo honrosas excepciones) funcione de manera eficaz. Creo, y es lamentable, que aquí no sería posible una experiencia como las cooperativas del grupo Mondragón. Es un lastre que dificulta en extremo el desarrollo económico y social de nuestra tierra. Sin embargo tiene sus aspectos positivos: aquí todo el mundo hace de su capa un sayo o lo que quiera y a nadie le incomoda. Atraer a Castilla y León a personas que son diferentes por su raza, religión o ideas políticas y sociales puede ser un revulsivo de la economía y la vida social de pueblos y ciudades. Se trata de fijar unos aspectos comunes e irrenunciables a los que todos nos hemos de adaptar por ejemplo: una niña de religión musulmana puede ir al colegio con velo, pero ha de escolarizarse obligatoriamente y con las mismas asignaturas que sus compañeros de otra religión. La leyes han de ser tolerantes pero iguales para todos. Otro ejemplo viene dado del idioma. Ahora que desde las administraciónes catalana, vasca e incluso gallega parece que existe una voluntad de exigir un uso más intensivo de su idioma local, es posible atraer a Castila y León a profesores de universidad, catedráticos, investigadores, profesionales liberales, etc que encuentren una sociedad abierta, que respeta todo tipo de opciones. Cada vez que en un lugar del mundo se crea una inquisición del tipo que sea las sociedades abiertas que existen a su alrededor se benefician de los conocimientos e iniciativas de las élites que huyen buscando aire libre.
Envejecimiento.
La población castellanoleonesa envejece mucho más deprisa que la del resto del estado español, pero esta también envejece a pasos agigantados. La estructura de nuestras ciudades y pueblos con unos servicios de calidad media, un ambiente socialmente abierto, y las prestaciones sociales adecuadas a la tercera edad puede atraer a muchos emigrantes de antaño a volver. Y junto a ellos al desarrollo de una creciente industria alrededor de los servicios a la tercera edad, el ocio y el tiempo libre.
Debilidad económica.
La economía en Castilla y León está muy lejos de ser todo lo pujante que lo es en zonas como Euskadi, Cataluña o Madrid. Pero también está lejos de la media nacional en cuanto a salarios. Eso en si mismo no es bueno, puesto que estimula la emigración, sin embargo puede ser un elemento de competitividad para las empresas radicadas aquí : suelo industrial a bajo precio, salarios inferiores a la media, trabajadores con una formación competitiva, acceso al mercado nacional e internacional con unas buenas comunicaciones en todos los sectores, y porque no, recursos como la electricidad (de la que somos exportadores) y el agua.
Posiblemente sea un optimista incurable o peor aún, un ignorante de los procesos de desarrollo de un país, pero lo que si se es que si entre todos nos compromentemos en presionar a nuestras instituciones para que funcionen y sean eficaces en la resolución de nuestros problemas, es posible encontrar en nuestros problemas la raíz de su solución.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home